sábado, 28 de septiembre de 2013

Montserrat Falcó - Agua de Mar


Licenciada en Medicina y Cirugía con Grado por la Facultad de medicina de la Universidad Central de Barcelona; Formada en Pediatría Hospital Clínico de Barcelona; Postgrado en Dermatología Pediátrica; Formación en el Departamento de Cardiología Pediátrica en el Hospital Universitario Materno-Infantil Valle Hebrón Barcelona. Postgrado en Medicina Homeopática en Universidad de Barcelona. Formación en Medicina Ortomolecular. Formación Medicina Funcional. Medicina Manual Etérica; Medicina Vibracional, Bioenergética.
Dice: "Mi trabajo basado en la experiencia del día a día puede resumirse en la búsqueda del Respeto del Ser Humano, en entrar en la Verdadera Escucha y así encontrar la semilla que genera su desarmonía. A partir de ahí se trata de encontrar su tratamiento adecuado para fortalecer y restaurar su sistema funcional o bien armonizar sus campos . He comprobado que el Agua de Mar por ser tan simil con el plasma sanguíneo va reequilibrando por ejemplo la homeostasis, que por multiples factores exógenos y endógenos, se ha alterado, e incluso repara el metabolismo basal . Si al cuerpo le faltan las vitaminas, los minerales se pueden absorber, pero si faltan los minerales las vitaminas no se absoben. Hay una colaboración muy estrecha entre péptidos y el agua de mar, por ello explicaría la acción tan profunda que ejerce el agua de mar en el organismo, a nivel físico, a nivel emocional y nivel mental. El Agua de Mar tiene muchas propiedades benéficas como : Asegura la nutrición, la comunicación y limpieza de órganos. Actúa de quelante y favorece la evacuación de toxinas vía linfática. Tiene efecto tampón bicarbonato. Asegura el grado de ionización correcto de las proteínas. Gran actuación en las disbiosis, en la gastroenteritis, vómitos. Actúa en el Sistema Inmunitario, dermatología, oftalmología. En los niños imprescindible en todos los procesos respiratorios vías altas y bronquitis. En niños en todos los procesos de estancamiento pondo-estatural. En desnutriciones por cualquier tipo de etiología. Incluso en estados depresivos. En adolescentes por un exceso de deporte, de estudio, de estrés..."